Los ácidos reaccionan con metales para producir hidrógeno. Cuando se comienza a estudiar Química general, ésta es una de las reacciones más estudiadas. Es conocida por varias razones. En primer lugar, es una de las formas de identificar a una sustancia ácida. En segundo lugar, es una forma sencilla de obtener hidrógeno en el laboratorio y poder burbujearlo en cualquier solución.
El hidrógeno (H2), es una molécula conformada por un enlace covalente entre dos átomos de hidrógeno. A temperatura ambiente, es un gas. Como es más liviano que el aire, a comienzos del siglo XX, se pensó que era una opción construir dirigibles que utilizaran una lógica similar a la de los globos aerostáticos para transportar pasajeros. Lamentablemente, los dirigibles o zeppelines construidos para utilizar este gas tuvieron muchos problemas de seguridad debido a que el hidrógeno es combustible. El accidente más recordado de es el del LZ 129 Hindenburg que se incendió durante su aterrizaje en New Jersey un 4 de marzo de 1936.
El hidrógeno sigue siendo utilizado como combustible en las naves espaciales.
Las burbujas de hidrógeno que se forman sobre la superficie del metal se deben a la reducción de los protones que aporta la solución ácida y a la oxidación del metal correspondiente. En el ejemplo del video se observa la reacción del ácido clorhídrico (HCl) y el Zinc (Zn) metálico. En este caso, el clorhídrico aporta los protones para la reducción y el Zn es el que participa en la reacción de oxidación. Esta es una típica reacción redox. Mostramos las ecuaciones con su correspondiente potencial estándar de reducción (E°). Además, mostramos la reacción global:
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